El breaking es una disciplina que hará su debut como deporte olímpico en París este verano. Entre las competidoras se encuentra B-Girl Manizha Talash, una joven afgana de 21 años que huyó del régimen talibán. La bailarina forma parte del equipo olímpico de refugiados.
El equipo olímpico de refugiados está respaldado por el Comité Olímpico Internacional, destinado a los atletas desplazados. Son 36 en total, y entre ellos se encuentra Manizha Talash, quien formará parte de las 16 B-Girls (así se llaman a las bailarinas de break) que competirán en la competencia de breaking el 9 de agosto.
Todo comenzó hace aproximadamente cinco años, cuando la joven, de 17 años en ese entonces, vio un video en Facebook que mostraba a un joven girando sobre su cabeza. Quedó impresionada y de inmediato se inscribió en su club. Un detalle curioso es que, de los cincuenta breakers que conforman la asociación, Manizha Talash es la única mujer.
### Escapa de dos atentados
Los problemas comenzaron rápidamente. Antes de la llegada de los talibanes al poder, la joven recibió amenazas de muerte y logró escapar de dos atentados en Kabul. En una entrevista con la BBC, la joven reveló: «Un día, teníamos un evento y hubo una explosión justo afuera del club. Nos dijeron que si valorábamos la vida, debíamos cerrarlo». La situación empeoró en agosto de 2021, cuando Kabul cayó nuevamente en manos de los talibanes tras la retirada de las tropas estadounidenses. Manizha Talash tomó una decisión: junto con su hermano de 12 años, se subió a un automóvil con miembros de su equipo y se dirigió a Pakistán, donde vivió un año en la clandestinidad y con miedo.
>»Si hubiera permanecido en Afganistán, creo que ya no existiría. Me habrían ejecutado o lapidado hasta la muerte.» – Manizha Talash, B-Girl
Gracias a una ONG, obtuvo el estatus de refugiada junto a su hermano en España. Se trasladaron a Huesca, donde trabajó como empleada doméstica para sobrevivir y, sobre todo, donde pudo bailar a su gusto durante horas. Luego, el boca a boca. La amiga de un amigo inundó los correos electrónicos oficiales de los miembros del Comité Olímpico. El equipo de refugiados estaba completo, pero su historia conmovió tanto que le reservaron un lugar. Sus entrenamientos fueron financiados. Hoy en día, Manizha Talash ni siquiera piensa en una medalla. Su victoria es estar aquí, en París, para los Juegos Olímpicos.
Actualmente, Manizha Talash ha reencontrado a su madre, su hermana pequeña y otro hermano que ahora viven con ella. Quiere regresar a Afganistán algún día y enviar un mensaje a todas las niñas afganas: «Nunca se rindan, a pesar de los desafíos y obstáculos».
Fuente del artículo : Francetvinfo
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